Escribo y borro. Una frase por medio. Aprovecho
porque en la vida no se puede. Leo a la Ogawa. Dibujo un hipopótamo enano. Sobre
todo olvido. La página está en blanco. Un trozo de vidrio se me clava en la
mano. Limpio con un paño. Borro, sobre todo. El doctor dice que el vidrio pasó
a llevar algo un tanto grave. No lo venden sin receta, eso sí. Cosas así he
aprendido. Luego de un tiempo, tal vez un dedo no se mueva, me dicen. No sé… me
sobran algunos dedos. Escribo y borro. Acuarela. Igual que en un inicio. Pero a
veces no. Así es a Ogawa. Una frase por medio. No creo, pero son también formas
de decir algo. No muere, al final. Nadie muere. Escribo y borro. Un murciélago
se golpeó con esa pared. No hago ruido. Esa planta necesita agua. Un giro. De
pronto se vuelve agresivo. No, no es la misma línea. Ahora borro. Una frase por
medio. Ya viví esto antes. Funciona con todo menos en lo importante. De eso me
preocupo. Una mano está vendada. La otra no sabe. Escribo y borro. Estoy seguro
que vi una eclipse. Aprovecho porque en la vida no se puede.
No hay comentarios:
Publicar un comentario