Primero agradezca que hay comida y no nos invente
problemas. Mire que yo sé lo que hay atrás de sus frases y sus preguntas aparentemente
simpáticas o inocentes. Porque claro, si de verdad quiere usted saber a qué
hora se come en esta casa basta con mirar los relojes, que por lo demás abundan
en este lugar. Todos sincronizados, incluso, para que no se preste a confusión.
Por otro lado, no puede usted negar que siempre hay comida en la cocina: arroz
o fideos listos para recalentar, un par de frutas… puede que, con suerte, hasta
encuentre leche fresca. Además no sé qué alega, si usted ya no va a crecer más…
Ya está muy crecido para esos comentarios y para andar jodiendo por cualquier
cosa… ¿Por qué no lo ve de esa forma, mejor, en vez de andar hueveando? Piénselo
así. Acostumbramos dejar agua y comida para los perros. Luego, ellos van cuando
tienen hambre… ¿Cree usted que esos animales están preocupados de la hora para
ir a comer? Pregúnteles a ellos mejor si quiere averiguar cosas… Ahora, si de
verdad me quiere preguntar, yo creo que lo que pasa es que usted se incomoda
porque no sabe, en el fondo, tener hambre... Me refiero a que no sabe tener una
sensación grande y prefiere horarios y esas cosas. Así son todos, sabe… Se olvidaron
de tener hambre y de paso, de una serie de otras sensaciones. Y claro… después
preguntan hueás y se hacen los lindos, pero no hay caso… Ahora bien… ¿de verdad
quiere saber a qué hora se come en esta casa…? Yo le recomiendo que no, ¿sabe?
Pero vea usted… soy todo oídos.
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