Todo parte por ocio, es cierto. Es decir, nada
pensado, nada planificado… nada fruto de una reflexión... Me refiero a eso de buscar
google en google. La historia es simple. Escúchalo sin dar muchas vueltas y piénsalo
ojalá de la misma forma: hace calor, estás sobre la cama y la página de google
está abierta. No sabes que ver. Has cerrado tus cuentas porque crees que lo
peor ha ocurrido y duele y quieres estar solo. Esos típicos suicidios
virtuales, que les llaman. Desaparecer de las redes, cortar lazos… esas cosas
en las que no ahondaré. Y claro, justo entonces sin saber por qué, como si
buscases una respuesta, te ves escribiendo google en el buscador google… y el corazón
da de pronto un salto distinto, como avisando que estás cerca… Con todo, no
necesitas ver los resultados: la respuesta está ahí. Buscar google en google,
me refiero. Llegar a nuestra casa y llamarnos a nosotros mismos. El corazón del
corazón. El significado escondido dentro de la palabra significado. Ya sabes…
esas cosas que son la respuesta de sí mismas y que están dentro... ni siquiera
escondidas… Ahí dentro, pero al descubierto. Para ti, para los otros, para sí
mismas, incluso. Google en google, te
dices. Qué fácil era. Sonríes. Apagas
el computador.
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