jueves, 16 de octubre de 2025

No son como se cree.



I.

No son como se cree, las arenas movedizas.

O al menos, no son como creía yo.

Y no es que creyese que podían absorberme y llevarme bajo tierra.

Pero al menos pensé que lucharían conmigo con más fuerza.

¡Cuánta ingenuidad en mis expectativas…!

Y es que, ya en ellas, me hundí apenas hasta debajo de mis rodillas.

Además, poco después, pude salir yo mismo, sin hacer un esfuerzo mayor.

Esa misma noche, acampando a un costado, les hablé directamente, diciéndoles que me habían decepcionado.

Lo hice con palabras duras, casi a gritos.

Igual como lo hizo alguien hace años, diciendo que la había decepcionado yo.


II.

No son como se cree, las arenas movedizas.

Por lo mismo, recomiendo no creer en nada más, de lo que ya se experimentó.

Y es que todo lo otro, digamos, se instala en nosotros exclusivamente para crearnos malos ratos.

Y para que nos demos cuenta, tardíamente, que todo es más seguro de lo que alguna vez nos pareció.

Por esto, la muerte –tal vez-, sea lo único que va quedando como una creencia segura.

Previa a experimentarla, me refiero.

Así y todo, recomiendo mantener las expectativas bajas, para cuando descubramos lo último.

Alguien, antiguamente, nos lo advirtió.

No hay comentarios:

Publicar un comentario