miércoles, 28 de mayo de 2025

Ganas de ignorar todo.


I.

No sé bien.

Mirar de otra forma, supongo.

Sin saber.

Sin nada previo, me refiero, antes de mirar.

Sí, eso es lo que quiero.

Algo así como ganas de ignorar todo.

No de haberlo olvidado sino de ignorarlo, realmente.

Que sea imposible buscar en uno, los significados.

Eso quiero decir.

Ganas de ignorar todo.


II.

Una vez, por ejemplo, se supone que me mordió un perro.

Digo se supone porque lo cierto es que nunca supe qué me mordió.

O sea, vi lo que me mordió, pero ignoraba qué es lo que era.

Y claro, mis padres, esa vez, dijeron que se trataba de un perro.

No es que lo vieran, en todo caso, pero eso es lo que dijeron.

Yo era pequeño y no discutí y además ignoraba que pudiese hacerlo.

Me refiero a que no podía negar que fuese un perro.

Así que acepté que fue un perro, en definitiva, aquello que me mordió.


III.

Sigo sin saber bien.

No hablo del perro, por supuesto, sino de qué desear.

Y es que tal vez me vendría bien otra mordida de algo que ignoro.

Sentir la pureza de la ignorancia, quiero decir, sin importar el coste.

Sí… eso es lo que quiero.

Aunque mi carne se entierre en mis dientes, es lo que quiero.

Y no saber para qué.

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